Diseños deportivos y cómodos, piezas románticas llenas de encaje o estampados con notas «vintage», así se presenta la nueva lencería que querrás llevar.
Tras la celebración del último desfile de Victoria’s Secret en Shanghái, se toma el pulso a la lencería, que vuelve a salir a la calle y muestra su cara más simpática y coqueta. Prueba de ello son los diseños deportivos que ha lucido la actriz Charlize Theron y que Maria Grazia Chiuri ha ideado para Dior.
Con la idea de que la lencería se exhibe, se exhibe junto con minifaldas, vaqueros, la firma española Black Limba ha puesto de moda los “bralettes”, sujetadores sin aro, tan cómodos como seductores.
Esta firma, que ha tenido una gran expansión en México, Chile, Perú o Colombia, propone lencería para que la mujer “se sienta libre, que se adapta a la silueta como una segunda piel”, aseguran desde la firma.
Los creadores de Black Limba, que mantiene el equilibrio perfecto entre sensualidad, diseño, ligereza y comodidad, afirman que «la sensualidad y el juego tienen poco que ver con el tamaño y mucho con la actitud, por eso sus diseños se adaptan a los cuerpos y formas de todas las mujeres». «.
Los “bralettes” brillan a plena luz del día, se han convertido en una prenda imprescindible que se lleva con “shorts”, vaqueros o vestidos lenceros.
Kendall Jenner, Selena Gómez, Taylor Swift, Rihanna, Miley Cyrus, Cara Delevingne, Taylor Hill, Gigi Hadid o Ariana Grande son algunas de las «celebrities» que apuestan por lucir ropa interior.
Esta moda es quizás más elegante y sutil que aquella otra tendencia en la que se imponía casi por obligación lucir una tanga descarada y mínima expresión en la parte trasera del pantalón.
PANTALETAS DE ABUELITA.
Hay vida de lencería más allá de esa tira de fila a modo de hilo dental. Ahora la lencería se va al otro extremo y muestra grandes braguitas de algodón, esas que se describían como granny, ropa interior con alto poder erótico que viene coloreada en visó, rosa empolvado o blanco roto.
Firmas como la española Nude Label, la californiana Pansy o la francesa Baserange defienden la lencería de algodón cómoda, funcional y con estampados clásicos.
Por supuesto, esta nueva tendencia descarta el relleno, el encaje y, por supuesto, las tangas. Prefiere diseños cómodos de algodón orgánico que se adaptan al cuerpo y están coloreados en tonos naturales.
ROPA INTERIOR PARA ESTAR CÓMODA.
La mujer abraza el minimalismo y modelos “vintage” que recuerdan a la lencería de las abuelas, esa que se lavaba con jabón de Marsella y se dejaba secar al sol durante horas.
Junto a esta tendencia bañada en un aire nostálgico, priman los calzoncillos bóxer sin género, una prenda que ella no entiende de curvas, solo de comodidad y sensualidad.
Últimamente se ha vivido la liberación del “push up”, lejos quedan esos escotes reforzados con el mítico Wonderbra que abanderaba Eva Herzigová.
Si antes vestía lencería para gustar, ahora usa ropa interior para estar cómoda, la mujer elige qué, cómo y cuándo entre el abanico de posibilidades que le ofrece Andrés Sarda, una firma que propone desde prendas sofisticadas con chantilly y acabados con flecos hasta las Bóxer de lo más cómodo con costura central trasera y sin terminaciones elásticas.
La firma Selmark, que ha sabido adaptarse a la evolución del mercado de la lencería, propone prendas con un estampado exquisito y materiales de primera calidad en una colección repleta de pasamanería artesanal.
Para esta temporada, Selmark propone colores neutros a los que se suman el azul, el verde y el berenjena, además del seductor rojo, para llenar de tonos vibrantes con los que seducir en las estaciones frías del año, para una mujer que quiere añadir una nota de sorpresa en sus outfits diarios.
Por: Carmen Martin.